Conchas de mar

Hace 6 años escribí la última entrada y la dejé como borrador, por miedo a los juicios. 6 años después me valen pito los juicios de afuera.  .  .  . Quiero compartir todo lo que he vivido en los últimos 5 años, porque han sido magia, desencanto, crecimiento, dolor, depresión, felicidad, miedo, amor, valentía, extasis y orgullo. Haré varias entradas para hablar de: la Bendición de Útero y como fue la puerta al mundo de la feminidad, espiritualidad y sororidad; también compartiré sobre los círculos de mujeres y el gran soporte que representaron para comenzar a superar una relación de pareja fallida y que al final se convirtió en un círculo de hermanas, donde aprendí a reconocerme y reconocer a otras mujeres, a amar (por lo menos a ellas) incondicionalmente. Necesito sacar lo que siento, pienso y aprendí de las dos últimas relaciones de pareja. Necesito hablar de la responsabilidad afectiva y las amistades. Quiero contar mi experiencia con la depresión y como ha sido vivir con ella, sin s

La entrada anterior la escribí por muchas razones, aquí la primera: En diciembre conocí un chico que me voló la cabeza, su personalidad y su actitud me asombraron demasiado, mis estándares no soy muy altos. Me matan los rebeldes, pránganas y con algún vicio, él cumplía con los requisitos, un foreveryoung, chacuaco, baterista y skater, yo parecía puberta, me gustaba. Nos conocimos muy rápido en la cama pero, para mi edad y la suya, asumí que podríamos manejarlo de lo más casual, es decir, a éstas alturas de la vida y del siglo, si dos personas se conocen así, no tendría porque cambiar lo demás, y por lo demás me refiero a seguir escribiendose, salir por una chela, etc. Pero no, me dí cuenta que el mundo no está listo para soltar ideas machistas y arcaicas, que si una acepta compartir su cuerpo con alguien, ya no queda nada más para conocerla, deja de valer, de ser interesante, equis.